El turismo en España supone el 11% de nuestro Producto Interior Bruto (fuente: INE) pero, ¿le estamos sacando el suficiente partido a nuestros impresionantes paisajes?
Y lo que es más importante, ¿lo estamos haciendo de una manera responsable?
Hace tiempo, mientras buceaba por internet, descubrí que en Noruega existe una gran iniciativa para acercar la naturaleza a las personas de una forma sorprendente. Últimamente no se me quita de la cabeza, así que hoy voy a compartirla contigo porque estoy convencida de que puede ser muy inspiradora.
El proyecto fue impulsado por la administración estatal. Bajo el nombre de Rutas Turísticas Nacionales (Nasjonale turistveger) se descubre una actuación enorme y muy bien estructurada para desarrollar y mantener una gran red de turismo por carretera que abarca un total de 1850 kilómetros a lo largo del país en 18 rutas turísticas.

Lo que diferencia estas rutas por carretera de las muchas que podemos encontrar en otros rincones del mundo es el uso de la arquitectura y el diseño para subrayar el valor de los paisajes naturales. Así se consigue que nuestra visita a estos lugares sea algo único y de gran calidad.
Más de 50 arquitectos, paisajistas, diseñadores y artistas, algunos de ellos jóvenes y otros más experimentados, han sido capaces de mejorar las rutas turísticas nacionales del país con sus proyectos. Y no sólo han logrado mejorar nuestra experiencia en la naturaleza, sino que muchas de las obras son, por derecho propio, atracciones en sí mismas.

Yo tengo una debilidad con la arquitectura y el diseño escandinavo. Admiro la delicadeza con la que tratan los materiales, la sencillez de las soluciones y la integración total de las obras en la naturaleza. Y bajo mi punto de vista tenemos mucho que aprender de ellos.
Hace unos años, tuve la oportunidad de visitar Noruega de la mano de los mejores anfitriones que puedas conocer. Visité algunos de los puntos emblemáticos de las rutas y fue durante ese viaje cuando me di cuenta de que un campo en el que la madera encaja como anillo al dedo es en el de la arquitectura del paisaje. Es su sitio.

En muchas de las obras fruto de este proyecto aparece la madera en un amplio abanico de soluciones: en pavimentos, en mobiliario, como elemento estructural, en fachadas, en barandillas, delimitando senderos… Todo un catálogo de referencias para aprender a colocar madera al exterior con resultados sorprendentes.
Una de mis favoritas es la pasarela “Viewpoint Tungeneset” en Senja. El aparcamiento al borde de la carretera se conecta con la orilla del fiordo mediante una estructura que combina la madera y el hormigón de una forma asombrosa. El pavimento del tramo tanto inicial como final de la pasarela se resuelve en hormigón y, entre ellos, una estructura de madera los une flotando entre las rocas. Los quiebros y las formas irregulares se adaptan de una forma magnífica a la orografía.

Impresiona, ¿verdad?
Los mismos arquitectos fueron los responsables de otro punto de parada obligada si conduces por la isla de Senja. En el instante en el que el Atlántico se abre ante ti, detienes el coche y caminas hasta una estructura de acero y madera en doble voladizo que te impulsa hacia el océano. La modulación de las tablas de madera permite la adaptación del material a las formas onduladas del diseño.
Generalmente las vibraciones que pueda producir el viento o el caminar sobre una construcción son non gratas, pero aquí este fenómeno se incorpora al diseño como un elemento más: la «flexibilidad» del sistema estructural te permite sentir el movimiento del extremo del voladizo en los días de fuertes vientos.

¿Te atreverías a superar el vértigo y subir al mirador en un día de temporal?
Las islas Lofoten son un paraíso en Noruega que me queda pendiente para algún próximo viaje. Algo tan sencillo como unas traviesas de madera colocadas sobre el terreno natural facilitan el acceso a una playa de arena blanca y aguas cristalinas.

Resulta muy interesante la reinterpretación de esta pasarela. Según la recorremos van apareciendo a nuestro encuentro lugares para otros usos, espacios para tomar fotografías y descansar sin abandonar el camino.

Imagina el gusto que te daría, después de varias horas viajando en coche, encontrar un lugar para aparcar con vistas al mar y poder cocinar algo rápido o comer unos bocadillos tranquilamente al sol. Todo esto en un lugar pensado para reducir al máximo el impacto ambiental que supone el turismo en un entorno natural.
¿Verdad que suena mejor que las áreas de servicio que podemos encontrar a lo largo de nuestras carreteras?
Esto lo ha conseguido el estudio noruego Snøhetta con Eggum, una construcción de gaviones y madera recogida en las playas de la zona.

Incluso podemos encontrar en esta red de rutas turísticas por Noruega un pequeño refugio para avistamiento de aves realizado en madera por el único estudio de arquitectura en el mundo especializado en este tipo de construcciones.

Estos lugares que hemos ido recorriendo juntos ya no pueden imaginarse sin estas construcciones porque les dan una escala más humana, un sentido diferente que hace que se graben en nuestra mente y en nuestros recuerdos para siempre.
Muchas veces en España pensamos que lo nuestro no vale nada y que lo realmente bueno está en el extranjero. Y es cierto que por todo el mundo hay paisajes alucinantes, pero los nuestros no se quedan atrás.
La Costa da Morte en Galicia, las playas que recorren la Cornisa Cantábrica, Pirineos, Sierra Nevada, el hayedo de Irati, los bosques de la ruta de la Plata, los acantilados de la Costa Brava, las interminables playas canarias… y un montón de lugares alucinantes, algunos aún no tan conocidos, que nos aguardan a lo largo de la geografía de nuestro país
Quizá la clave esté en aprender a querer lo nuestro. Saber mirar estos lugares y trabajar en arquitecturas del paisaje responsables y respetuosas. Ya hay buenas obras, pero hay también muchas que no lo son tanto. En nuestra mano está hacerlo un poquito mejor.
¿Os imagináis un proyecto así aquí? Yo quiero pensar que juntos podemos lograrlo. Nuestro territorio tiene un gran potencial.
Y tú, ¿qué opinas?
Hasta pronto,
María
Visitar tu blog supone, ademas de aprender siempre, confirmar que se puede construir sin destruir y se puede integrar lo artificial con lo natural sin dañar nada. Gracias de nuevo
Gracias a ti María, por tu comentario. Se puede integrar lo artificial con lo natural sin dañar nada e incluso mejorar lo que ya hay con lo que hacemos. Ojalá se vean más cosas así por aquí. Un beso! =)
Fantástico post
Gracias Enrique! Me alegra que te guste.
Sí, es cierto, la madera es…
… como uno de los elementos de la Tierra (el fuego, el aire, el agua, el metal, etc.).
En Noruega, donde creo que más es evidente esta simbiosis de los elementos es el pabellón de Tverrfjellhytta, en Hjerkinn, Parque Nacional de Dovrefjell:
Tverrfjellhyttasnohetta.com/projects/2-tverrfjellhytta-norwegian-wild-reindeer-pavilion
Es una de las construcciones que más me gustan.
No sé si has estado allí.
Un saludo cordial y gracias de nuevo.
Me ha encantado tu idea de la madera como un elemento más de la Tierra. Y es cierto, se ve claramente en el pabellón. Lo conocía por publicaciones pero, lamentablemente, no lo he visitado.
La próxima vez que visite Noruega será una parada del viaje seguro, porque el banco de madera me tiene cautivada.
Es un gusto ver estas obras donde la arquitectura y la artesanía se funden, parece sencillo, pero detrás tiene un gran trabajo.
Muchas gracias por tu comentario tan interesante Juan José.
Un saludo cordial,
María