A pesar de que existe cierta polémica entre la sociedad, la realidad es que los pinares son autóctonos y han estado presentes en la Península Ibérica desde hace miles de años.
Luis Gil, ingeniero de Montes y catedrático de la Escuela de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, defiende que los pinos no son fruto de las denostadas repoblaciones de mediados del siglo XX. Tras la realización de diversos estudios históricos, culturales y paleobotánicos, incluyendo el análisis de hallazgos de polen en estratos antiguos del terreno, se ha demostrado científicamente la existencia de pinos en nuestro territorio desde hace miles de años. Las publicaciones especializadas datan el origen de las primeras masas de pinos en las zonas de distribución actuales después de los periodos glaciales del Paleolítico Superior.

PIÑEIRAL, PIÑEIRO…
Los nombres de lugares de nuestra geografía reflejan la importancia y la existencia de pinares desde hace muchos años atrás. En Galicia, los topónimos derivados de pino (piñeiro, pinario, pindo…) abundan junto con los derivados del roble o carballo y los del castaño o souto. Lugares como el monte Pindo, en A Costa da Morte, y pueblos como San Vicente de Pino en Arzúa o San Xoán de Piñeiro, en Mugardos, dan fe de que, desde la época romana al medievo, el pino tenía un gran protagonismo en el paisaje gallego.
Los pinos forman parte imprescindible en la conservación de las dunas de los paisajes litorales en los que tanto nos gusta disfrutar durante los meses de verano. Cíes, las riberas de la ría de Muros y Noia, Ferrolterra… los pinares litorales que crecen sobre las dunas no son invasores, son parte del delicado ecosistema dunar.
Su desaparición prácticamente total fue exclusivamente debida al hombre. Los bosques próximos al mar o a ríos navegables fueron deforestados para la fabricación de barcos y su calafateado. El sobrepastoreo y los incendios también tuvieron parte de culpa impidiendo su regeneración natural.
NACE LA FUNDACIÓN ARUME
Ayer tuve el placer de asistir al nacimiento de la Fundación Arume. Este proyecto surge para impulsar la recuperación del pinar, así como el desarrollo y los usos de la madera de coníferas gallegas. Más de 50 entidades de toda la cadena de valor de la industria forestal de Galicia forman parte de esta iniciativa: propietarios forestales, viveros, empresas de servicios, la industria de transformación de la madera, la universidad, y también, nosotros, los arquitectos.
Afortunadamente, la construcción sostenible se está convirtiendo en una mega tendencia impulsada por las políticas de mitigación de los efectos del cambio climático y por una mayor conciencia social. En este contexto la madera cobra un papel fundamental al ser un recurso renovable, sostenible y que requiere menos energía para producirse que el acero o el hormigón. Y es que la construcción con madera puede reducir en gran medida la huella total de carbono de los edificios durante su construcción y su uso.
La madera estructural en la construcción es ya un mercado en expansión en Europa, Canadá y Estados Unidos. El número de proyectos, su calidad y su importancia, así como el creciente interés popular muestran esta tendencia. Las razones son tres: economía, ecología y bienestar. En nuestro país ya se están acometiendo proyectos de gran relevancia en comunidades como Cataluña y País Vasco y, sin duda, se irán extendiendo por el resto del territorio.
BIOECONOMÍA Y MADERA LOCAL
Al contrario de lo que defiende uno de los mitos más extendidos sobre la madera, trabajar con ella es fomentar la conservación y el aumento de los bosques. Sabemos que los montes, bien planificados y gestionados de forma responsable retienen y mejoran el suelo, fijan CO2, crean paisaje, producen madera, setas, acogen visitantes y generan riqueza en los entornos rurales. Son bioeconomía y sostenibilidad.
Y cerramos este círculo si utilizamos madera local, de kilómetro cero, para construir los edificios en los que pasamos gran parte de nuestro tiempo.
Poco a poco se van dando pasos hacia este horizonte. La Fundación Arume ha estructurado cuatro grupos de trabajo que ya están trabajando: mejora genética, silvicultura, formación y mercado.
Uno de los retos principales es obtener madera de calidad, procedente de una silvicultura cuidada y específica, para elaborar productos de madera estructural para construcción. Por ello, la Fundación Arume creará la marca “Pino de Galicia” para madera de altos estándares de calidad y estará amparada por el sello de garantía «Galicia Calidade».
UN IMPULSO A LA CONSTRUCCIÓN CON MADERA EN GALICIA
En definitiva, el proyecto crea una cadena de calidad, donde diseñadores, arquitectos e ingenieros estemos conectados con carpinteros y montadores y, por supuesto, con el material y su industria para dar valor añadido a nuestra madera. Este es el valor principal de la Fundación, que se ve reflejado en el símbolo corporativo diseñado por Cenlitrosmetrocadrado.
Esta iniciativa es el comienzo de un camino muy ilusionante para la promoción de la construcción con madera utilizando especies locales de calidad.
Estoy muy orgullosa de hacer una pequeña aportación apoyando este proyecto desde el grupo de trabajo de mercado y de compartirlo con compañeros como Ismael Olveira (Finsa), Juanjo Otero (MOLArquitectura), Mario Carballo (Maderas Besteiro), Cristina Ouzande (Ezcurra e Ouzande Arquitectura), José Cajaraville (Maderas Cajaraville), Ana Busto (Serrerías Rodríguez), José Manuel Parada (Grupo Molduras), Manuel Guaita (PEMADE) y Antón Varela.
¡Seguimos!
María
Algunos enlaces de interés:
Comparecencia en el Senado de Luis A. Gil sobre la función ambiental del pino
Nota de prensa en Campo Galego de la jornada de presentación de la Fundación Arume
Hola María! Por casualidad he acabado en tu blog, y finalmente he caído que nos presentaron en el stand de Garnica durante el Maderalia 2018 en Valencia.
Quiero felicitarte: tu blog tiene un aspecto exquisto, y me encanta como abordas cada tema, en especial todo lo que huele a estructuras.
Mucha suerte en el proyecto, te seguiré en adelante.
¡Hola, Pablo! Encantada de saludarte de nuevo.
Me alegra que te guste el contenido del blog, ¡gracias por escribir!
¡Estamos en contacto!
¡Un saludo!
María
Un buen programa de re-introduccion del pino deberia traer sus veneficios , no deberia haber tantos cuestionamientos.
Comparto contigo ese pensamiento. Sin duda, habría que dejar a los expertos actuar, pero hay veces que sin tener toda la información nos lanzamos a hacer valoraciones. Cosas del ser humano 😉
¡Seguimos!
Saludos,
María